jueves, 13 de octubre de 2011

Colechando Conciliosamente


 Todo tiene que ver con la Conciliación  , o más bien una  buena crianza con apego  depende de una buena conciliación. En mi caso no concilio, sino que al tener que volver a incorporarme al trabajo y hablar con la empresa acerca de mi despido voluntario, se portaron muy bien y me arreglaron papeles. Así que nuestra conciliación, pasa por estar cobrando el paro.
Y nuestro colecho , pasa por una mamá que no tiene que levantarse pronto para ir a trabajar, un bebé que  tampoco ha de despertarse pronto para ir a casa de la abuela o a la Escuela Infantil y un papá que queriendo estar más tiempo con su familia, cambió de trabajo y tiene un horario estupendo.


Cuando nuestra pequeña criatura nació, entendimos que no nos queríamos separar de él ni por el día ni por la noche. En el hospital fue un poco complicado, pues las camas no reunían las condiciones de seguridad necesarias para que mamá y recién nacido durmiesen juntos. Así que mamá apenas durmió, porque el pequeño guerrero solo quería estar al abrigo de sus brazos, sintiendo su aroma y chupando la teta.
Al llegar a casa todo fue diferente. Previendo un futuro colecho habíamos comprado una cama grande y aún así nos hicieron falta otros elementos que nos proporcionaban una mayor seguridad. En primer lugar un cojín de lactancia separaba la cama en dos, por un lado Papá y por otro el binomio mamá - bebé. Cuando los expertos hablan del colecho, comentan que así como la madre tiene una percepción constante de donde está el bebé, a algunos papás les puede costar un mes en hacerse a la nueva situación. En segundo lugar, una luz tenue, que impidiese la total oscuridad  de la habitación y así poder tener al bebé en todo momento visible. El cojín lo quitamos a los dos meses, la luz aún la utilizamos.
Cuando hecho la vista atrás y valoro la experiencia, en la que aún tras 18 meses estamos, creo que dormir juntos nos ha vinculado de manera especial. Además de favorecer la lactancia a demanda, ha generado en el peque una mayor seguridad (Hay gente que confunde seguridad con no despertarse por las noches, o no depender de mama teta para dormir) y a mi me ha aportado mayor sosiego a la hora de dormir , así como la posibilidad de atender las demandas de mi bebé antes de que éste llore.


Es obvio que el ser tres en la cama no está bien visto por el entorno (no digo social, que es como muy difuso) cercano familiar (donde incluyo familia y amistades o personas con las que se tiene trato diario). Nunca nadie se preocupó tanto por “nuestra intimidad” (¿por que lo llaman intimidad cuando quieren decir sexo?). Nuestra intimidad… bien gracias… me dan ganas de contestar… ¿y la vuestra?
En fin, que en mi cama somos tres y lo seremos hasta que a los tres nos venga bien.


Apuntes  acerca del colecho:
El colecho o cama familiar es una práctica en la que bebés o niños pequeños duermen con uno o los dos progenitores. Es una práctica normal en muchas partes del mundo, excluyendo Europa, Norte América y Australia.
Un estudio de 2006 reveló que, entre niños de la India de entre 3 y 10 años, el 93% dormían con sus padres. El colecho se practicó ampliamente hasta el Siglo XIX en Europa hasta que las casas comenzaron a tener más de un dormitorio y los niños su propia cuna. En muchas partes del mundo el colecho se practica simplemente para mantener al niño caliente durante la noche. Recientemente se ha reintroducido el colecho en la cultura occidental  por los partidarios de la crianza con apego , que incluyen el colecho entre las prácticas naturales para una crianza saludable y feliz de los niños.

http://www.unizar.es/med_naturista/lactancia%203/COLECHO%20Y%20LACTANCIA%20MATERNA,.pdf

Libros imprescindibles de leer:

Besame mucho: Cómo criar a tus hijos con amor.Carlos Gonzalez.
Dormir sin lágrimas. Rosa Mª Jové.




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